domingo, 31 de julio de 2011

Cine I

Querida Hermana:

Espero hayas visto reflejada la incondicionalidad de mi amor fraterno en el estoicismo con que soporté ésta tarde, muy en contra de todo mi instinto estético y (mucho más importante) de mi achicado presupuesto, la versión en 3D de la última película de Harry Potter. Algunos demuestran su cariño incondicional con besos, abrazos y tarjetas de navidad. Yo, que soy un tipo tan como aquí el señor se autodescribe

lo demuestro con dos horas de autoflagelación del gusto y una indigestión hepática provocada por pururú y cocacola aguada...

Te quiere y le encanta que lo vengas a visitar de vez en cuando, tu dudosamente simpático hermano...
Mateo.-

jueves, 28 de julio de 2011

Huevos I

Como esa vez que hice un trabajo sobre Clarice Lispector lleno de palabritas que no decían nada y me pusieron un diez. He ahí la pericia máxima, el disfraz. El secreto está en elegir cierta comodidad y elegirla bien, como para sacarse cosas de encima. Cuando haya que elegir la nada, bien carajo, se elije la nada. No estamos obligados a elegir manga de pelotudos, no lo estamos. El resto son palabritas mudas, el resto es silencio. "El huevo es puro silencio" dije una vez.

Véase "Historia del ojo" de Bataille, "El huevo y la gallina" y "Una gallina" de Clarice Lispector. Eso o El Quijote y la marcha peronista, es lo mismo.

Polonius: What do you read, my lord?
Hamlet: Words, words, words.

lunes, 25 de julio de 2011

Nueva genealogía de nuestra moral IV: Coger y leer es a veces tan lo mismo

Me gusta esa versión del mito griego de la creación (no me pidan ser filológicamente más exacto) en el que Ananké (Necesidad) y Chronos (Tiempo) se unen sobre el huevo primigenio y, como unas boas en su cópula constrictora, lo dividen y dan lugar al mundo, diferencian el mundo. El dios cristiano separa, solito mi alma, la luz de las tinieblas; me suena un poco masturbatorio, pero éste blog tiene bien en claro que las religiones mesiánicas y el onanismo están estrechamente ligados.

Eurínome también es digna de mis aplausos, en la forma en que la cuenta Graves -mito pelasgo de la creación-, cuando surge del Caos y separa la tierra del mar bailando desnuda sobre las olas (recomendadísimo el primer corto de ésta película, en ese sentido). También Vishnú, siempre Vishnú, el señor de la danza, el que nada en el océano de leche o el que sugiere batir el océano de leche, el que tiene un océano en el pupo desde donde surge Brahma en una flor de loto. Leche, baile, ombligos y flores de loto: elementos que nos regocijan a nosotros, adoradores de lo viviente.

Simultáneamente estoy leyendo "Filosofía en el tocador" de Sade, "Ecce Homo" de Nietzsche, un poco de "Breve historia del erotismo" de Bataille (pero me aburre porque ando con ganas de literatura) y, la joyita del momento, "El derecho de matar" de Barón Biza padre. Un aluvión de pensamientos que son como martillos me agobia, todavía no puedo modelar claramente mis ideas, pero vuelvo con alegría a entrar en ese violento estado de excitación que supone el pensamiento para mí. Sin búsquedas culturales, intelectuales o eruditas; sin objetivos claros, sin progresos en ningún sentido y, sobre todo y a pesar de mi madre, sin rédito económico. Por ahora estoy leyendo y, aunque tenga la necesidad, hablo con cautela, porque sé que la voz viene mucho después de dejar los libros, de digerirlos y olvidarlos. El libro es una maldición necesaria, como la mujer.

Sucede que estoy impregnado de inmoralismo, por lo pronto, y eso se nota en lo suelto de lengua que ando (y de entrepierna). He notado caras con asco, incluso de buenos amigos, un semi fruncir del entrecejo y una sonrisita fingida, que tiene algo de reprobatorio. Al principio de mi vida sexual pensaba que yo era un poco degenerado, después descubrí que era un bebe de pecho comparado con muchos; ahora esos muchos me parecen mojigatos. Como todo en la vida: no me gustan ni los demasiado viciosos ni los conservadores; los primeros se pierden en algo de lo que no pueden aprender con propiedad y disciplina, los segundos nunca aprenden nada. Como Rimbaud: unos buenos azotes a la locura bastan, me vuelven fuerte, todo lo que me vuelva fuerte es bueno. Si exagero me pierdo a mí mismo (nadie quiere terminar como Sid Vicious), si me alejo demasiado me pierdo a mí mismo.

Volvemos al Nosotros, y así miramos el mundo...

Por regla general despreciamos todo idealismo y amamos el cuerpo; no somos más que cuerpo, absolutamente nada más, todo problema es un problema fisiológico, la vida es un constante devenir de fluidos, aplaudimos todo lo que fluye:

Predicar la castidad constituye una incitación pública a ir contra la naturaleza. Despreciar la sexualidad, impurificarla calificándola de 'impura', es el verdadero pecado contra el espíritu santo de la vida.
-Ecce Homo-

Con toda la naturalidad del mundo nos abrazamos en la ducha con una mujer en pelotas y dejamos que su orina corra también por nuestras piernas; al que eso le provoque asco es afeminado o reprimido, aunque esto también valga para homosexuales, lesbianas o lo que sea: 'afeminado' es una categoría vital, no de género. Nos gusta el endometrio y sabemos que no hay nada mejor sobre la tierra que una concha bien mojada; despreciar esa humedad es despreciar la propia fuerza viril que la ocasiona y la busca; el que quiere una mujer seca tiene su propio sexo seco o, por carácter transitivo, prefiere un hombre. ¡Qué te impresionas, reptil inmundo! Todos los días te levantas de tu lecho cenagoso como la bestia despreciable que sos y estúpidamente negás la vida y predicas la 'pureza', si sos un bicho asqueroso, un paquete de carne que encierra una bola de mierda. Pero ajeno a tu ser, invadido por tu enfermedad, te inventás dioses asexuados y realidades paralelas que te prometen una felicidad de medio pelo. Ésta es la única realidad, no vas a tener otra cosa; ni los hongos alucinógenos ni la misa sirven (y creenos que probamos las dos cosas). Libidinosos, cerdos, violentos, voluptuosos, perversos ¡así nos quiere la vida! Así es el animal que sobrevive. Nuestros dioses son ambiguos, cómicos pero terribles, tiernos y sangrientos. Evohé:

-La vida, amigo mio -me dijo- es como Moloch. Exige sacrificios indecibles, sobrehumanos. Se alimenta de corazones y lágrimas...
(El derecho de matar)

Y vuelvo a mí, de a ratos, dejo el Nosotros para cuando los libros. Estoy lleno de citas, no me sirve para nada. Me acuerdo de San Pedro la Laguna, precioso y amenazante al borde del volcán; de la Basílica de Guadalupe, esa virgen impostora ¡Cuatlícue, madre venerada! De la arena negra de Monterrico, de Pumpkin Hill, de vos, de un nenúfar paseando en barco por el pantano...


El resto es exageración o literatura. Son los tiempos del último hombre, los detractores de la muerte han pasado, el Sacerdote Universal los aplastó. No tiene sentido ya la irreverencia ¿lo tiene? Lo que nos queda es nuestra mirada del mundo, única, violentamente apacible.
Baron Biza le dedíca "El derecho de matar" a Pío XI, "...sin la humildad del creyente ni la insolencia del ateo.", acaso no nos queden actos así. Ni levantar, en honor a una mujer, un ala de 82 metros de altura. Dos o tres veces por semana paso frente al mausoleo de Myriam Stefford, camino Alta Gracia-Córdoba, me maravillo cada vez y apruebo. Yo, por lo pronto, estoy pintando tus repisas. Cuando te mueras, veremos.
Bataille, la búsqueda de la unión que nos hace olvidar nuestra naturaleza fragmentaria, el más elevado acto de la vida que se manifiesta como 'pequeña muerte'. Ananké y Chronos cogen para diferenciar, nosotros cogemos para unir, porque no nos queda otra. Me frustro si no te morís un poco, no como para tirarte ácido a la cara, pero está bien. Después vuelvo a la fuerza, a lo libidinoso, y empezamos de nuevo.
Vos crees que me manipulás; para nada, me gusta la violencia pero me rescato. Un pedo y su aceptación desinteresada: el único amor verdadero.-

M. The Pig

domingo, 17 de julio de 2011

Años IV

Sin embargo ¿qué es el tiempo para nosotros, los Hijos de Andrómeda? Nada se actualiza con la eficiencia de un cuerpo ausente.
Los siglos pasan, milenios, eones; las estrellas se aplastan por su propio peso; las galaxias, rabiosas, chocan unas contra otras como animales enjaulados. El universo se ha vuelto imbécil.
El incremento de los sonidos mezclados lo evidencia. La luz se va, el calor, los ríos se secan, las plantas mueren, la materia se disuelve, el movimiento se retarda, el tiempo se concentra. No existen ni las cosas ni su sombra, es decir, el recuerdo de las cosas. Es necesario que lo que Es se olvide a sí mismo: la Noche de Brahma.

Pero de repente, como la primer gota que anuncia la violencia, el conjuro de lo que pronto volteará la cara verdadera ¡Oh, océano en el pupo de Vishnú! Que se haga, sí, el primer misterio, la sonrisa torcida del cosmos nos mira. Sí, que se haga lo que deba hacerse. Re bemol.
Brahma despierta.

Mi corazón, mi viejo corazón, se levanta y anda por el mundo con los ojos abiertos como un búho ¡Espera silenciosa del rapaz! ¿Acaso no tenemos derecho a vivir solo porque ya hemos muerto? ¡Viejo Corazón, no te rebeles contra mí! La espera más larga es la que nos trae acá mismo.

Y después vos, radiante como nunca, con toda la terrible fascinación de un universo que colapsa una y otra y otra vez, solo para encontrarte un verano en el patio de mi casa, nueva y fresca como una flor de loto.

¡Uy que boludo! Me puse cursi
Uy, que boludo...

miércoles, 13 de julio de 2011

Nueva genealogía de nuestra moral III: "Yes... sometimes i feel blue..." o "Mateo, el superadito"

En orden para entender why sometimes i feel blue y, en consecuencia, éste post, primero deberá ajustar el volumen de sus parlantes al nivel deseado e ingresar al siguiente link:

(Porque además no me voy a tomar el trabajo de pegarle la canción al post)

Hecho ésto, sumérjase en recuerdos de la adolescencia (o en caso de ya encontrarse en esa etapa de la vida, recurra a la niñez o la semana pasada, que importa) e imagine detalladamente la calle de la casa de sus padres llena de niebla un miércoles a las cinco de la madrugada.
Piense, piense también, ya que estamos acá en confianza, en todas esas mujeres (y/u hombres) que alguna vez lo dejaron dando vueltas como un trompo de madera; en la bicicleta blanca y naranja (el color es opcional) que una vez le regalaron, o en la primera vez que de verdad estuvo bueno coger...

La vida es una pecera... Feelling a little blue?


















Si no siente que algo se rompió débilmente dentro suyo con un ligero 'crack' de rama seca, o creció en un barrio privado y, por lo tanto, carece de alma; hay diversas opciones. El amplio repertorio de las imágenes visuales siempre ayuda, esos arquetipos del dolor: un conejo descuartizado por los perros, un pingüino solo sobre fondo blanco (1,80x1,0mts), o una de esas bahías tranquilas y tristes (si es usted esa clase de gente).

Can't you see? I'm feeling blue... No es tan malo, sin embargo... ¿Eh, eh?


















Y... ¿Qué hay de acordarse de Ella? Si, de Ella... su Ella, mi Ella, el Él o la Ella de ella o él, es lo mismo. Sin ponernos platónicos ni demasiado cursis, por supuesto, ¿sintió la metamorfosis profunda de todo lo que nos pasa? Ni Ovidio ni Kafka, sino la cotidiana, esa mierda de espacio vacío donde no sabés como pasaste de los besos a la pila de platos rotos.
¡Uy, que boludo! Me puse cursi...

Será que acaso i´m feelling a little blue...


















Si luego de seguir las instrucciones todavía no se siente al menos un poquitito para el orto (o no le gusta Bob Dylan), no puedo hacer nada, todo está perdido para usted.

La nostalgia es nuestra enfermedad. Pero como toda afección, también nos define, da la forma justa a Esa Cosa que somos. Nosotros: esa cosa salvaje sin nombre.

Gracias por su atención, de todos modos
Conservamos la dignidad, sin embargo.
Por favor cierre con llave al salir, no queremos molestias.























En caso de ser alfabeto o un cinéfilo incurable, aquí la versión en video.

¡Ah! Y a no confundirse: indudablemente el palito representa Dios (en quien no podemos creer demasiado)...



Yes... sometimes i feel a little blue...

viernes, 8 de julio de 2011

Sobre los mesías y el onanismo II

Señores, señoritas y diversos alborotados miembros de la especie humana:

Hoy me levanté, me hice un café, me lavé los dientes y me clavé un terrible guante (porque no me gusta la auto-satisfacción si tengo mal aliento). Ya lo saben, ahí está, les regalo mi intimidad, era todo lo que tenía y se fue.
Entre Dios y una buena paja: gran pregunta metafísica, tal vez la única o la más relevante al menos.

Sobra más el semen que la fe, en estos locos tiempos.
M.P.-

jueves, 7 de julio de 2011

Nueva genealogía de nuestra moral II: como NO llegué a ser un Nacionalsocialista después de tantos años de adoctrinamiento...

Si un tipo en la calle me para y me cuenta que un militar le cortó el pelo y después fueron a tirar con una 9mm al campo, yo, lo que es yo, Marta querida, me cagaría hasta las patas... Uno no sabe en qué momento se puede encontrar con un skinhead neonazi asesino de bebes inocentes en estos días.
Lo cierto es que el tipo soy yo. Eso pasó más o menos 15 horas después de que el militar en cuestión (oficial de la Fuerza Aérea y, de seguro, un Nacionalsocialista ferviente) y otros dos amigos aparecieran en mi departamento de Villa María, fueramos al casino (perdiera veinte pesos, ganara 180 y perdiera 220) y me trajeran, manejando 100km en la madrugada y en dudosas condiciones etílicas, a La Carlota... Otra vez a la Casa Fría...
Sucede que raparme y disparar como loco desde una auto a los alambrados no me transformó automaticamente en filonazi (sigo siendo medio nihilista-semi agnóstico-anarquista conservador), pero sí demostró, sin lugar a dudas y a vista de todo el mundo, mi pequeño y más terrible secreto (curiosamente es lo que auguró mi horóscopo de hoy)...

Que me estoy quedando, total e inapelablemente...



















...pelado...



















Pero no cualquiera tiene la clase suficiente para que un oficial del estado sea su peluquero personal. El día que me case, no espero menos que un almirante o brigadier me haga la manicura.-

lunes, 4 de julio de 2011

Nueva genealogía de nuestra moral I: el oikos familiar

Sucede que el resto de la familia se ha ido del país. Si, se han ido del puto país. Y el boludo, el boludo que tiene que estudiar porque si no te recibís de una vez por todas no vas a ser nadie en la vida y no vas a tener dignidad, el boludo se mueve cien kilometros al Sur para venir a la casa, a la casa sola y fría en el medio de la pampa media húmeda, mientras ellos, oscuras golondrinas de Bécquer, emigran al Norte, bien al Norte, lejos del frío, lejos de... ¿la felicidad?... Me aclaro la garganta, pongo mi voz de leer: "Más allá del Norte, del hielo, del frío; nuestra vida, nuestra felicidad...". Invirtiendo los hemisferios (porque el culiadito escribía en Europa), sería "Más allá del Sur, del frío...".

Ellos emigran al Norte, a Miami, a Paraguay, donde es fácil ser feliz en ésta época del año, dentro del trópico. Si estuviésemos en Alemania se habrían ido Creta o a Sicilia, que se yo. Acá el frío... El amigo invierno congela las costillas y no hay tu tía ni caloventor que valga... Pero nosotros los que conocemos no nos acoplamos al vergonzoso reblandecimiento de las débiles aves que emigran cobardes ante avance del viento helado, nosotros somos ¿hiperbóreos? ¿o hiperaustrales debería decir? (con el perdón de Píndaro), Nosotros no tenemos que soportar el frío porque somos amigos del frío y de las cosas que, con el frío, muestran su verdadero y terrible rostro. ¿Quién se anima a la más cruda soledad del invierno? ¿A la ducha de la mañana y a estudiar metodología?

Cómo Max Stirner: "Sin madre, ni mujer, ni hijos", y con el ojete helado, dispuestos a encontrar, en azarosos estudios que nada tienen de verdaderos (pero que están colmados de la más fuerte e increíble voluntad de verdad que jamás haya pisado este domicilio), el origen y desarrollo de toda nuestra moral, de todo nuestro ser bueno, malo y malvado; nuestra mala conciencia y lo más terrible de todo, las formas del ideal ascético que se cuelan por entre nuestras pestañas de viento Bóreas (o más bien de "Noto" del tercer mundo, enfriado en la Patagonia y medio lleno de cenizas del Puyehue).

A modo de ilustración. Vemos y nos pensamos. Aquí, en este santuario, toda nuestra bildung. Nuestro método: una suerte de divagación medio poética medio pelotuda. Allá vamos...


Una casa sola, fría, con un gusto particular por las máscaras


en los lugares menos pensados aparecen para esconder algo


¿O será que siempre supimos que una máscara no esconde, sino que muestra la luz divina que no puede ser vista de frente? (Nunca dejamos de ser un poco místicos, adoradores de Quetzalcóatl)



También un toque kitsch, fieles a nuestra vocación de desmitificadores de culturas ancestrales


aunque tengamos una pared étnica


y otra que nos recuerda, vergonzosamente, que alguna vez fuimos de izquierda


junto con aquellos libros...


(que sin dejar nunca de ser kitsch)


aprendimos a olvidar en favor de literatura mucho más importante.


Hoy, las pequeñas aves de la casa se han ido...


solo quedamos los rapaces, los carnívoros


¿Quién necesita Paraguay o Miami? ¡Arriba ese ánimo muchachos! ¡Cuántos secretos nos esperan! ¡Cuántas aventuras dignas de una saga!... Epopeyas se cantarán algún día, en hexámetro dactílico, sobre el encuentro del cajón donde todavía son los 90's



o sobre la desopilante aventura de la misteriosa bolsa llena de llaves


No seremos Odiseo, pero tenemos nuestros túneles llenos de viento, atributo del viejo Eolo...

nuestros monstruos marinos


(con respirador artificial)


terribles bestias


cíclopes...



recuerdos de la bella Calipso


y, mal que mal, nuestro vinoso Ponto



a veces más vinoso que Ponto


y a veces... un poco de todo.


¡Que no nos gane la nostalgia de la niñez!


Ni revolvamos, con la facilidad del débil, en el recuerdo de aquellas cosas que alguna vez otros quisieron que fuéramos, y no pudimos ser


¡Muera el pasado! ¡Las veleras naves a lo desconocido!


Siempre a lo nuevo


...lo distinto...


..y lo extravagante.


Siempre al borde de la destrucción


de la nausea y el asco


...del Caos...


o del abrazo de la Nada.


Tenemos provisiones... ¡pelotudeces húngaras!


y las especias más finas de la India


el camino es largo ¡pero cuantioso el botín que nos espera!


Recordemos: no todo se muestra siempre...




... en su verdadera forma.



No hay que caer en la tentación...


de quedarse en el laberinto


(como le pasó al señor que vivía al fondo de la casa que ahora es un ventilador, pobre)

Y aunque, a pesar de nuestros esfuerzos, nunca dominemos los designios del azar

afuera este frío...


y en la tele no haya nada


en un recóndito lugar de la casa siempre es Navidad...


Esa es nuestra esperanza más profunda... ¡Nuestra Gran Esperanza!
...
....
.....
(sumado a la suerte de tener calefactor y gas natural)

M. C.-