Me gustaría haber leído más a Heidegger y que me gustaran esas cosas y entender el concepto de Alétheia para poder aplicarlo en un escrito por el que vendrían hordas de académicos de todo el mundo a vanagloriarme y a criticarme, que para esa gente es como lo mismo... Igual, por otro lado es mentira que me gustaría eso, estuve leyendo otra vez, y con el peor de los aburrimientos, un poco de psicoanálisis, y estos tipos se citan y pierden extensos párrafos discurriendo sobre quién fue que acuñó tal o cuál término. El mismo Freud se peleó de muerte con otro tipo porque los dos se adjudicaban el concepto de bisexualidad. Una tremenda idiotez. Me alegra haberme ido de todo eso, de las obligaciones que acarrea todo eso.
Queridos amigos que tienen becas en boludeces: la estoy pasando bomba; como, cojo y cago bien, además, y sobre todo, por primera vez en mi vida me satisface plenamente la manera en que pienso y escribo. Les deseo la peor de las muertes. Con amor: Mateo.-
Sé que Alétheia es lo evidente, lo que no se oculta (o más bien lo que se desoculta), y entiendo que no es lo mismo que decir "verdadero". Después hay que develar el verdadero camino del Ser y todas esas giladas. Yo quiero hacer lo contrario, quiero escribir sobre algo ocultándolo totalmente; con suerte rozar un poco sus bordes, sugerirlo, escribir discretamente. De tal manera voy a escribir ese día (porque les prometo que lo voy a hacer, hijos de puta), que lo que yo quiero decir buscará caminos misteriosos y se volverá tan evidente, se posisionará sobre todo de una manera tan absoluta, que no va a ser otra cosa lo que esté ahí, sin ser nunca nombrado. Yo quiero una escritura del Secreto.
El pelotudo de Eco trajo a colación al lector, y no hay nada más mierda en este mundo que el lector ¿a quién le importa el lector? A todos nosotros después de Eco y de la explosión que ha tenido el mercado editorial en los últimos años. Nunca se dijo tanto para tantos. Cualquier hijo de vecino como yo tiene un blog y publica desinteresadamente sobre lo primero que le viene a la mente a las 4 de la madrugada sabiendo que tiene que laburar a las 7. Hay Facebook, Twitter, revistas de papel y digitales a roletes, es muy fácil publicar, hacerse público, hacerse para los otros. A mi me revienta escribir y pensar cómo me leerán, pero sin querer lo hago, todos lo hacemos, "sino para qué mierda escribís" dice C., y sí, es un acto teleológico, la finalidad es el lector, tiene "razón" la boluda. Serán tristes mis treinta seguidores, de los cuales me deben leer efectivamente solo cinco (y mi vieja, que no tiene cuenta de google), pero me debo a ustedes, desconocidos, y ustedes son los que me cagan cada vez que me siento al frente de la máquina.
Desde chico escribía en cuadernos que mostré a muy pocas personas, unos los mostraba más, otros menos, otros nada. Algunos de esos cuadernos tenían un tema al que siempre volvía, literal o subrepticiamente, hacía las tapas con collage y solo escribía con lápiz. Tenía muchísimos guardados en diversos cajones. Un día, como a los veintialgo, me los llevé a un parque y los prendí fuego. Nada de poético, fue bastante patético porque la llama se hizo muy grande y había mucho humo y otros paseantes, y tuve miedo de que alguno se hiciera el loco y llamara a los bomberos o algo así. Pero sin embargo me sentí bastante libre, había hecho algo totalmente en vano, y todo lo que no tiene finalidad libera.
A este blog, me acabo de fijar, lo empecé un 23 de Septiembre del año 2009 a las 9.55 Pm, es un blog de libra; copiando la actitud a Guillermo, de quien soy un ferviente lector y, espero, pueda decirme con más exactitud cuales son las consideraciones planetarias que tengo que tener porque, la verdad, preguntárselo a la astróloga que me hizo la carta astral a mí me da un poco de vergüenza, más si encima me cobra... En fin, este año van a ser cuatro años. Sigo con los cuadernos pero mucho menos, ahí mi escritura es totalmente distinta, como si fuera otro. También tengo cientos de archivos de word desperdigados por diversos discos rígidos llenos de novelas sin terminar y otras sin empezar, cuentos, poesías, ensayos, obras de teatro y cosas que ni género creo que tengan. He escrito cosas muy buenas (lo digo con toda la vanidad posible) y algunas que dan calambres de lo malas que son. Lo único que me salva de ahogarme en el mar de la superabundancia de mi propia idiotez es que todavía no sé porqué escribo, pero no puedo dejar de hacerlo. Cuando escribo acá es otra cosa, hay veces que me hago el gracioso o pongo ciertas cosas porque tengo lectores (y, bueno, mi vieja).
Eco: sos un viejo puto y "El nombre de la rosa" es un libro de mierda, todo lo que pensás sobre apocalípticos e integrados es bosta, bosta y más bosta. Yo soy tu lector modelo, viejo marica.
Pero la verdad es que me divierto, y por eso capaz sigo acá, aunque esta no sea la escritura que yo busco y quiero, y ustedes no tengan ningún interés en saber esto sobre mí, a quien no conocen.
Yo no sé por qué ustedes tienen un blog, o escriben, o hacen lo que mierda sea que hacen; pero también soy su lector y me encantaría saber si eso que hacen los conforma, si eso que hacen es lo que quieren hacer, digamos, la forma de su Alétheia... Como lector, al que sinceramente espero que odien, les digo que a la mayoría disfruto mucho leyéndolos y también no, a veces digo "pero que pelotudos", a veces me revienta que se les hayan ocurrido cosas antes que a mi y a veces me divierto y ya está.
Yo, El Lector, en mi total omnipresencia y poder absoluto sobre lo que escriben, aplaudo y defenestro por igual a los siguientes blogs:
Al final esto no tiene nada que ver con lo que iba a escribir al principio, que eran los avances de mi reciente y azarosa investigación sobre la bisexualidad en la historia, o algo sobre el secreto, que se yo. Pero es mi blog y hago lo que se me canta el forro del orto. Lo voy a publicar igual, a ver qué pasa, y a ver si me tengo que poner a hacer otra cosa en vez de perder las horas de sueño que pierdo acá.
Atte.: Mateo Green.-