Sucede que el resto de la familia se ha ido del país. Si, se han ido del puto país. Y el boludo, el boludo que tiene que estudiar porque si no te recibís de una vez por todas no vas a ser nadie en la vida y no vas a tener dignidad, el boludo se mueve cien kilometros al Sur para venir a la casa, a la casa sola y fría en el medio de la pampa media húmeda, mientras ellos, oscuras golondrinas de Bécquer, emigran al Norte, bien al Norte, lejos del frío, lejos de... ¿la felicidad?... Me aclaro la garganta, pongo mi voz de leer: "Más allá del Norte, del hielo, del frío; nuestra vida, nuestra felicidad...". Invirtiendo los hemisferios (porque el culiadito escribía en Europa), sería "Más allá del Sur, del frío...".
Ellos emigran al Norte, a Miami, a Paraguay, donde es fácil ser feliz en ésta época del año, dentro del trópico. Si estuviésemos en Alemania se habrían ido Creta o a Sicilia, que se yo. Acá el frío... El amigo invierno congela las costillas y no hay tu tía ni caloventor que valga... Pero nosotros los que conocemos no nos acoplamos al vergonzoso reblandecimiento de las débiles aves que emigran cobardes ante avance del viento helado, nosotros somos ¿hiperbóreos? ¿o hiperaustrales debería decir? (con el perdón de Píndaro), Nosotros no tenemos que soportar el frío porque somos amigos del frío y de las cosas que, con el frío, muestran su verdadero y terrible rostro. ¿Quién se anima a la más cruda soledad del invierno? ¿A la ducha de la mañana y a estudiar metodología?
Cómo Max Stirner: "Sin madre, ni mujer, ni hijos", y con el ojete helado, dispuestos a encontrar, en azarosos estudios que nada tienen de verdaderos (pero que están colmados de la más fuerte e increíble voluntad de verdad que jamás haya pisado este domicilio), el origen y desarrollo de toda nuestra moral, de todo nuestro ser bueno, malo y malvado; nuestra mala conciencia y lo más terrible de todo, las formas del ideal ascético que se cuelan por entre nuestras pestañas de viento Bóreas (o más bien de "Noto" del tercer mundo, enfriado en la Patagonia y medio lleno de cenizas del Puyehue).
A modo de ilustración. Vemos y nos pensamos. Aquí, en este santuario, toda nuestra bildung. Nuestro método: una suerte de divagación medio poética medio pelotuda. Allá vamos...
¿O será que siempre supimos que una máscara no esconde, sino que muestra la luz divina que no puede ser vista de frente? (Nunca dejamos de ser un poco místicos, adoradores de Quetzalcóatl)
¿Quién necesita Paraguay o Miami? ¡Arriba ese ánimo muchachos! ¡Cuántos secretos nos esperan! ¡Cuántas aventuras dignas de una saga!... Epopeyas se cantarán algún día, en hexámetro dactílico, sobre el encuentro del cajón donde todavía son los 90's
Simplemente genial...
ResponderEliminarCasi tanto como tu tarta de atún... Gracias
ResponderEliminarMe saco el sombrero y la peluca. Una duda: y Metodología?
ResponderEliminarNo rompás los huevos Claudia
ResponderEliminarMuy bueno ,como casi todo lo que leo en este blog pero, me pregunto, alguien tiene derecho a mostrarle al mundo una parte de la intimidad de una familia,como el desorden de un armario, la mugre del baño, etc etc.? Este hecho empaña la obra a mi criterio. Pero bueno, haría que ver que opinan los dueños de la casa que mostraste, quizás lo mío es idiota y lo tuyo soberbio
ResponderEliminarSi para vos la intimidad de una familia corresponde al desorden del armario o la mugre del baño, efectivamente lo tuyo es idiota. Pero no me refiero a tu opinión sobre éste blog, sino sobre la vida en general.
ResponderEliminarLo mio por supuesto que es soberbio
Un beso vieja
¡No agites al pedo!
Ah! cuanta poesia escondida en un lugar tan frecuentado! El forro sigue ahi, las Titas...las Titas ya no están
ResponderEliminarNo te pensabas que te las iba a dejar... ¿no?
ResponderEliminarOh, este post me ha hecho reír dos veces al menos.
ResponderEliminarMuy bueno... aunque tu vieja te diga que sos un pelotudo.