jueves, 6 de marzo de 2014

La destrucción del nuevo oikos

Y la fundación de los nuevos dioses en el eterno retorno de lo mismo

"¿Tiemblas, cuerpo mío? Temblarías mucho más si supieses adónde te llevo." (1)
-Turenne-

(1) La cita está tomada del Libro quinto de La gaya ciencia en berretísima versión. Un lector avezado en lenguas podrá notar que la traducción más adecuada para "carcasse" es "esqueleto" antes que "cuerpo", pero cuerpo me gusta más y, como siempre, me chupa un huevo. Traduttore traditore.

Yo quería vivir. Yo quería una noche voluptuosa y un día exuberante, para alternar entre el rapaz y el niño, saboreando cada matiz perceptivo, perdiéndome en la fascinación que me provocan los intersticios de tus palabras, acechantes y peligrosas: siempre un significado oculto al lado del camino esperando para saltar a mi garganta y dejarme mudo. Ahí, justo ahí donde Aquiles le clava la lanza a Héctor y lo deja sin voz, ahí quería yo atragantarme de tu nombre y vomitar mi corazón rojo y violento, sangrante como vos, como la noche que quiero, como el día que merezco.

Hoy es miércoles de cenizas, el día en que recordamos que vamos a morir (porque polvo eres y en polvo te convertirás), todavía nos quedan cuarenta días de desierto antes de encontrarnos con nuestro destino, la buena nueva no ha sido dicha, este es el preludio, el sinsentido más profundo antes del sentido. Pero para cantar hay que hacerse de una voz, para morir hay que estar vivos.

La casa ha sido desarmada con el mayor de los desganos. Los cajones apilados por ahí y el ropero obstruyendo el pasillo, la ropa escapándose por todos lados como vómitos de tela, los ceniceros rebosantes de su porquería y todos los objetos que fueron mi fiesta cotidiana arrojados con desdén a cajas de cartón para aceite, galletitas y latas de arvejas....




He perdido el respeto por lo que me constituía, muerto y arrojado soy de nuevo polvo. ¡Casa bien hecha desde cimientos! Mueres solo porque te hemos habitado, ¡qué viva la vida nómade! La existencia peligrosa del Homo Peregrinus...


Para matarte, Casa, primero tuvimos que olvidar lo que era olvidable, todo ese desperdicio de palabras que creíamos formaban nuestra identidad...


(Identidad, esa estupidez colectiva de los que no se animan a negarse, a reinventarse en el poder del olvido)



Verba volant, scipta manent dicen los débiles, pero nosotros no queremos más una existencia asfixiada por papeles...


¡Queremos un nuevo Sol!


Un nuevo río....


Nuevas batallas...


Para entregarnos en sacrificio ¡desarmados si es necesario! ¡Condenados! ¡Mutilados! ¡Crucificados!


Al único dios verdadero de la Vida...


Al dios verde e invasor


Al dios rojo del verano


Ese dios vuelto en gris cuando se esconde...


Ese dios paciente que de un suave aletazo hace tormentas...


Que encarna la bravura del mar...


Tanto como su calma.


Olvidar, olvidar ¡olvidar para vivir! Tuvimos que dejar de lado todos nuestros falsos ídolos, encerrarlos en un ocaso de diarios viejos, en un sueño de tinta y papel barato.


No se puede andar por ahí con el corazón cargado de estatuas y templos, qué lo divino sea tan fácil de encontrar que no se nos pierda nunca, qué con abrir los ojos lo veamos, qué con extender la mano lo toquemos, qué con morder la fruta esté en nosotros.


Tal vez el camino traiga oscuridades, claro...


El recuerdo de la familia...


y el silencio de los amigos que están lejos.


Pero el premio del día es para los que se arriesgan a la noche más oscura. Aunque la nostalgia del hogar pueda quebrarnos, hará falta poner los recuerdos a secar,


dejar todo limpio


de asuntos pendientes,


pero sobre todo (y este es el máximo mandato del dios de la Vida) no hay que ser cagón...


Porque los cagones no entrarán al reino de los cielos


que, por supuesto, está en la tierra,


tanto en la belleza de lo salvaje


como en su representación.


Es por eso que me voy, sí, me voy y te dejo sola...


Sé que nunca tuvimos una fiesta de amor (sí, dije 'amor', esa palabra tontísima), que no hubo noche en que te bese cuando estabas distraída, ni te elogié el vestidos, ni probé tu carne hasta el cansancio, ni le ofrecí un último banquete a tus sollozos...


Fue un amor de la palabra (¿es acaso otra cosa el amor?), y por tanto, porque verba volant, te dejo los venenos más deliciosos para que olvides cualquier vestigio de mí.


Para saber regalar hay que saber abrir las manos y la avaricia ha dejado al cerdo sin pulgares oponibles, sin dedos que agarren y que suelten.



¡Que otro coseche en mi huerto lo que he sembrado yo!


Será ese mi presente más desinteresado para el mundo... No me importa, sé que atrás del tiempo, del tiempo circular y que retorna, que atrás de la danza infinita de los siglos, los milenos, los eones...


Atrás del tiempo hay otro tiempo donde te veo reírte otra vez, bellísima y joven de dientes blancos y abiertos. Atrás del tiempo hay otro tiempo donde retornan los días del vino y las rosas, donde los mismos amigos esperan con las copas igual de vacías para repetir las mismas dichas en la fiesta de las mismas noches...


El dios de la Vida nunca muere, y volverá con el estómago vacío a hartarse otra vez del festín de sí mismo. Todo lo que sucede es lo que tiene que suceder, por eso hay que levantarse y exigir que se repita.

Yo te dejo casa, yo que soy polvo te dejo, yo que quería la vida más profunda te dejo ahora que estoy oliendo a muerto, yo te dejo con una cruz negra en la frente, te dejo porque este miércoles de cenizas es también promesa de domingo de resurrección... Por eso me voy con una imperceptible sonrisa en la comisura de lo labios...


Una sonrisa perpetua que sabe que la vida y la muerte no son dos cosas diferentes...


sino diferentes estados de una misma cosa.

No hay otra manera de estar vivos que temblando de cara al vacío, llenos del miedo y la alegría de la nada.

Vivan forros, vivan larvas mediocres sentados como yo en sus estúpidas computadoras. Levántense ahora y vivan, porque eso que están haciendo en este preciso momento lo van a repetir una y otra y otra vez de la misma manera. Hay una sola posibilidad de fundar la eternidad, y es ahora mismo.

6 comentarios:

  1. Oh, diablos... Ahora sos vos el que tocaste algo en mí, aunque no sé definir bien qué. Supongo que, en algún punto, todos los viajes iniciáticos tienen algo en común.

    De tu trilogía de oikos este es el más profundo. Podría destacar varias de las cosas que has dicho aquí, pero prefiero cerrar deseando que tengas buen viaje (en el más amplio sentido que puedas imaginar) y "que lo divino sea tan fácil de encontrar que no se nos pierda nunca".

    ResponderEliminar
  2. Estuve pensando mucho en "el viaje", pensaba preguntarte precio de "El héroe de las mil caras" de Campbell... La novela siempre debe ser el recorrido del héroe en algún sentido...

    ResponderEliminar
  3. Yo también me siento conmovida por tu despedida, justamente porque parece una despedida, pero estoy casi segura de que no lo es. Habrá una computadora en cada lugar al que vayas, o un celular o una tablet y nos vas a contar cómo te está yendo, no? Es algo que me llamó mucho la atención, que durante tu anterior viaje hayas subido varios posts.
    Mostrar el oikos en cajas, ya que lo habías mostrado fuera de ellas, es un buen cierre. Me queda una frase en la memoria: "el premio del día es para los que se arriesgan a la noche más oscura" y la imagen de la sonrisa casi imperceptible. Hace falta valor para "dejar todo" y obligarse a la renovación. O impregnarse de un espíritu carnvalesco, para decirlo de otra manera.
    Vuelvo a repetir que me encanta el cuadro del "homo peregrinus" y que estoy decidida a robarlo y/o plagiarlo.

    Bon Voyage!

    Andar, andar, que um poeta
    não necessita de casa.

    Cecília Meireles

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí también me encanta ese cuadro, Lorena. Y tuve el agrado de verlo en vivo y de tenerlo a metros de donde dormía. Te propongo que aprovechemos el viaje de Mateo para robarlo. Después lo tenemos un mes cada uno, ¿te parece?
      Diablos, este tenía que ser un mensaje privado.

      Eliminar
    2. Se los mandaría pero pesa una tonelada...
      Gracias... Si, Guillermo me conoció, tiendo a la exageración. La despedida es más discursiva que otra cosa, convengamos que el mundo ya no es tan grande y no hay muchos lugares donde irse... Pero bueno, todo es buena excusa para escribir en un blog.
      La otra vez que me fui de viaje pude escribir sobre todo porque tuve la necesidad de, pero a fuerza de usufructuar lentísimas computadoras de hostel con teclados configurados para otros idiomas a plena madrugada, ante la mirada réproba de conserjes del turno nocturno...
      Buen viaje a ustedes también, que como dice Pirandello, después de Copérnico que nos cagó a todos no podemos hacer otra cosa que movernos..

      Eliminar
    3. Bueno, ¡si no te podés conectar, al menos pensá en nosotros en la distancia, que acá te vamos a estar extrañando! =)

      Eliminar