domingo, 11 de septiembre de 2011

Déjelo que se seque, querido León

El 21 de agosto fue el aniversario de la muerte de un amigo de la casa, y me olvidé de postear algo. Lejos (lejísimo) de cualquier fanatismo político, este buen señor me gusta porque criaba gallinas y porque en su casa, una tarde solo, la pasé bomba. Él se quedó durmiendo la siesta

pero todo bien.

No soy bueno para los panegíricos, pero sabemos más o menos la historia. Participa en la revolución, crea el Ejercito Rojo, muere Lenin, Stalin se encabrona con él y se tiene que tomar el palo. En Mexico vive con Frida y Diego en la Casa Azul


pero parece que al señor Rivera no le gustaba mucho que toqueteara (tanto) a su mujer. Se muda a la vuelta. En la nueva casa cría gallinas (el hombre no debe apartarse del trabajo manual ¿no es así Mr. T?). Siqueiros intenta asesinarlo (risas), prueba A:

Pero no hubo suerte. Allá, al fondo, los restos del gallinero

Escribe muchos libros, hace cosas serias y revolucionarias, hasta que al final lo mata con una piqueta un tal Mercader. Stalin (ese monje secular) sonrie... ¡Dasvidania Lev Davidovich!

Si hay algo que estos rusos tienen son nombres copados y maneras monumentalmente boludas de hacer las cosas.

También se podría hacer una especie de tour en su honor, incluirlo en un circuito turístico, algo así como "Las mejores paradas comunistas para tus vacaciones de verano, all inclusive". Nota personal: patentar la idea y venderla, a los estadounidenses les encantan estas cosas, sobre todo si hay comida.

-Señoras y señores ¡vamos, no se aparten del grupo! Junto a la entrada lateral de la casa, cubierta de enredaderas, podemos ver la ventana, posteriormente tapiada por dentro, a través de la cual entraron los disparos de los perpetradores stalinistas, entre ellos David Alfaro Siqueiros de quien pueden encontrar postales con sus cuadros en el Gift Shop al final del recorrido ¡No se separen, mantengan la línea!

-Ahora, si logramos apartar las manos de los más chicos, apreciamos el lugar de trabajo del señor T. donde escribió libros tan interesantes como "La Revolución traicionada" o "Stalin"

-En la siguiente habitación, el comedor principal, donde la familia Bronstein degustaba los más exquisitos manjares soviéticos, secretos de la cocina del Politburó.

-Un bastón, y... creo que nada más...

-La tristeza infinita de los zapatos de Natalia Sedova (a todos nos gusta el morbo)

-El trono del pensamiento, último resabio de la intelectualidad del hombre, aquí han gestado sus más grandes ideas aquellos defensores de la palabra 'humanidad' y cagaron mierda, la misma mierda que usted y yo. Metafísica y más metafísica, el materialismo es una forma de la metafísica, la mierda tmabién. Sigan avanzando, no se detengan, habrá snacks en el patio de comidas al salir.


Si. Una tarde preciosa en Coyoacán, hermoso Coyoacán. Tenga una experiencia trascendental con contenido social en cómodas cuotas sin interés. Sí, por qué no. Yo pertenezco a otra época y otro lugar, tal vez podría haber sido comunista ¿me hubiera dejado usted, Mr. T? O cristiano fundamentalista, o lo que fuese. Pero no me tocaron esos nihilismos, esas maneras de negar. Uno tiene las suyas, por supuesto.

Vengo de una familia de inmigrantes que se volvieron peronistas

nací pampeano (la región, no la provincia) y el viento seca la frente. Le tengo miedo a volar, querido Lev Davidovich (demasiada tierra en los ojos, usted sabe), pero me encantan los aviones y viajar.
Las alturas, todo lo que está por encima de algo, pero sufro el vértigo más terrible.


No importa, me obligo. Soy más fuerte que yo. Hay que dejarlo que se seque Lev, hay que dejar que las cosas pasen, sedientas de comerse lo mundano.

Usted, tal vez, que nació en Ucrania, habrá corrido salvaje por las estepas, y a las orillas del Dniéper, una mañana, pensó en la liberación del hombre. Mi lugar está lleno de alambrados y bolsas del nylon, yo no puedo amigo Lev. Yo lo dejo que se seque.

Incluso, si la tarde se vuelve pesada y nuestra madre puso los pantalones en la soga

nos entregamos a la siesta

y escuchamos pasar el aire, deliciosamente destructor entre los techos.


Y sí, puede ser, capaz más tarde llueva a cántaros en el patio de casa,

pero ¿de qué nos sirve tanta humedad, Lev Davidovich?

Es domingo, me cuentan entre risas unos amigos sobre un grupo estudiantil que propone tomar las armas o algo así, volver a la lucha y eso, más de lo mismo. De verdad lo proponen, no estoy exagerando, un montón de nenes mantenidos por papá, tan como uno, que nunca dispararon con algo más potente que un rifle de aire comprimido (o una carabina del 22, los más atrevidos).
Hay personas que se inventan una pasión llena de colores y desgracias porque no tienen nada más, una feria persa del sentimiento.

Entre la revolución permanente y las gallinas, yo elijo las gallinas. Déjelo que se seque Lev Davidovich, déjelo...

3 comentarios:

  1. Mirá, uno que todavía se toma en serio su blog. Te obligan a mantenerlo para la facu?
    Escuché por ahí que trosqui castigaba el uso de "malas palabras" en su división. Que careta~

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  2. Tengo una beca de la "Fundación Escrotitos" y me dan un plus de $5 por cada comentario... ¡Comenten chicos! ¡Comenten!

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  3. Bueno, pues, aplausos por esta entrada. Sobre todo por las partes en las que hablás de vos.
    $5 más.
    Abrazo para vos y saludos a Leon.

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