jueves, 20 de marzo de 2014

La ciencia ficción y el deseo (proyecto literario)

Yo pensaba que el amor era una droga sigilosa, una espera de milenios, un discurso, el olor del todos los coitos en los últimos segundos de Nagasaki o un verso de Safo recitado en ruso por un liquidador dentro del reactor número 4 en Chernobyl. El amor, esa cosa radioactiva y venenosa que se dilata, se expande, quema la carne y nos vuelve inhabitables. ¡Pero no tontitos! El amor es un problema de física teórica, o a lo sumo un problema tecnológico a la hora de la aplicación práctica. Digamos, el amor en el mundo moderno (el mundo técnico) es un problema digno de la ciencia ficción.



Boceto primera narración: "Santiago Scapinardi, viajero superlumínico"

Tercera persona. Santiago Scapinardi es un empleado administrativo de una oficina en EPEC en algún pueblo del sur de Córdoba. Como buen empleado público trabaja lo mínimo y necesario y envejece felizmente metiendo datos en una computadora. Santiago Scapinardi no sabe que hoy en un observatorio de la Antartida han descubierto ondas gravitacionales, ecos del Big-Bang, el tejido del espacio-tiempo se ondula y con él, se ondula también Santiago Scapinardi, porque como parte de este cosmos no deja de ser espacio-tiempo.
Santiago Scapinardi tiene un escritorio capaz de generar campo warp. Como todos sabemos, la teoría del campo warp dice que la mejor manera de viajar a velocidades lumínicas o superiores sin sufrir la dilatación temporal planteada por la relatividad especial es, justamente, no moviéndose, sino haciendo que el espacio alrededor de uno se mueva. Básicamente, si yo pudiera generar un campo warp estaría curvando el tejido del espacio de manera tal que se "arrugue" frente a mí y se "estire" detrás mio; yo ni me estiro ni me arrugo (recordemos que también soy espacio-tiempo) porque estoy dentro de una "burbuja warp", como un surfista arriba de una ola, me muevo pero no me muevo. El problema de la relatividad, de la velocidad de la constante de la luz y la dilatación temporal, se esquiva justamente porque aunque me desplazo no me muevo, estoy estático. 
Santiago Scapinardi está estático, así lo ha estado por años pero, nadie lo sabe, él es capaz de viajar a velocidades superlumínicas. Mucho más que la velocidad de la luz, mucho más allá, mucho más lejos. Santiago Scapinardi marca tarjeta para salir y en ese preciso instante se desplaza a su domicilio en su escritorio generador de campo warp, donde su señora lo espera con el almuerzo listo.
Durante años Santiago Scapinardi ha mantenido conversaciones telefónicas con una mujer más o menos de su edad que trabaja en una seccional de otra ciudad. Primero solo por cuestiones meramente laborales, pero sabemos cómo son estas cosas, uno se enamora de una voz, las cosas que viajan muy rápido generan radiación y estamos perdidos.
Casualmente esta mujer, Anita Gomez, también tiene un escritorio generador de campo warp. Ninguno de los dos puede moverse, pero sí desplazarse. ¿Cómo se aplica la teoría del campo warp en estos casos? ¿Qué pasa si en su intento por acercarse mutuamente, en este acercamiento que no sería acercamiento, arrugan tanto el espacio entre sí que no pueden encontrarse? Como las dos prensas de un acordeón. Necesitaríamos algo así como planchar el tejido espacio-tiempo, pero sabemos que estirar el tejido es alejarse. Un problema de amor de la física teórica y el planchado moderno.
Santiago Scapinardi sabe que no puede moverse, no está en su naturaleza simplemente tomar un colectivo y tener iniciativa, solo puede él dejar que el universo lo viaje, que las cosas pasen a través de sí en la maravilla del doblez cósmico, de la gravedad fingida por su escritorio denso que hace que las cosas se muevan a su alrededor, graviten en torno a él. Santiago Scapinardi no se mueve, Anita Gomez no se mueve. El universo, fatalmente, no hace otra cosa que moverse.

Boceto segunda narración: "La relatividad especial y nuestra manera de encontrarnos"

Primera persona. El personaje/narrador conoce una chica en un bar, pongamos por caso. Bien. Es linda, inteligente y tiene buena sonrisa. No conforme con la diferencia de edad, el personaje/narrador, ingeniero espacial y físico teórico, construye una nave capaz de viajar a velocidades cercanas a la de la luz. Así, carga un par de provisiones (latas de arvejas y sopas en polvo mayormente) y se dirige a Proxima Centauri, ubicada a 4,22 años luz de distancia de la Tierra. Por la dilatación del tiempo por velocidad sabemos que cuando el personaje/narrador regrese de su viaje a velocidades cercanas a la constante de la luz, la chica habrá envejecido más que él, acercándose a la edad que el desea que tenga, es decir, la propia. Así que ahí vamos, Proxima Centauri.

Problemas posibles:

Posibilidad 1- El personaje/narrador no es tan buen físico teórico y olvida hacer los cálculos de la dilatación del tiempo por gravitación, por lo que al volver a la Tierra la chica ha envejecido más que él. ¿Le sigue pareciendo atractiva? En tal caso ¿La chica/objeto, ya mayor, habrá pasado de jóvenes inexpertos que han estado los últimos años comiendo arvejas en una nave espacial? ¿Será necesario meter de prepo a la chica mayor/objeto en una nave espacial camino a Alpha Centauri para corregir nuevamente el defecto de la edad?
Posibilidad 2- El personaje narrador hace correctamente los cálculos y, al regresar, la chica/objeto tiene la misma edad que él. Pero como buen físico teórico el narrador/personaje es un pésimo filósofo/psicólogo, por lo que no calcula que la chica/objeto es absolutamente otra, no más deseada, no más deseadora, tal vez ya tiene tres chicos y está felizmente casada con un profesor de geografía. Desahuciado, el personaje/narrador se encuentra joven en un mundo viejo o de cuerpo joven en un mundo al que entiende como un viejo. Puede que se suicide y termine siendo una novela de ciencia ficción existencial, única en el género.
Posibilidad 3- El personaje/narrador vuelve a la Tierra y la chica/objeto ha muerto. Sin objetos de deseo la vida carece de sentido. Desahuciado, el personaje/narrador se pone a sí mismo en una cámara de estasis y emprende un viaje a velocidades cercanas de la luz hasta los límites del cosmos. Más allá de la Vía Láctea, más allá de Andrómeda, mucho más allá. El tiempo pasa en el universo. Millones de años, miles de millones de años, las estrellas colapsan y nuevas se crean, la entropía aumenta más y más, el universo se comprime, se apaga se hunde en la Oscuridad absoluta, solo un haz de luz, un último ser vivo a solas con Dios viajando en el tiempo y el espacio, mucho más allá del tiempo y el espacio hasta que... De repente... ¡BUM! ¡Otro Big-Bang! El universo se resetea y recomienza en su infinita igualdad a sí mismo, todos los sucesos cósmicos se repetirán tal cual hasta dar cabida a la Vía Láctea, al disco de formación planetaria del sistema Sol; luego la primera baba de aminoácidos, un primer pez tímido arrastrándose por la superficie de un continente muerto, los procesos de extinción masiva, los dinosaurios, el hombre de cromagnon, Sargón de Acad, Alejandro Magno, la revolución francesa, la invención del pancho y la música disco. Acá estamos. La nave del Eterno Retorno con su ocupante que no ha envejecido en los últimos miles de miles de millones de años regresa a la Tierra. El personaje/narrador entra a su casa y se encuentra a sí mismo, al sí mismo del nuevo universo. Debe asesinarse para ocupar su propio lugar, eso es obvio. Esconder el propio cadáver no debe ser tanto problema porque sino estaríamos entrando en el terreno del policial, y no queremos eso... Después el personaje/narrador va al bar, se encuentra con la chica y sí, por ahí va la cosa, segunda oportunidad de refundar la eternidad, ¡en tu cara Nietzsche!...
-Hola...
-Hola
-¿Vos bien?
-Sip, bastante.
-Me alegro.

(Y así es como el universo es una caja de sorpresas)


6 comentarios:

  1. Si se puede elegir un final, una votación de lectores, me quedo con la Posibilidad 2.
    Conozco un Anita Gomez, y es cordobesa y todo, pero ya está jubilada, no creo que sea la del tejido warp de tu relato, a lo sumo tejido de poliester y algodón 35/65.

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  2. Si, se puede votar, lo instituyo ahora mismo... Pero es una entrevista, no una encuesta, tenés que decir por qué elegiste ese final... "Fundamenta tu propia aventura", va a ser un éxito comercial, una novela que se construye en base a las consideraciones literarias de sus lectores.

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  3. Santiago scapinardi me recordo mucho mucho a un cuento de saramago, ese que queria un barco y el rey no le daba bola , mezcla de borocrata con midas el cretense. Sobre la votacion , no me quiero dejar influir con el que me precedio en el sufragio, pero tambien me quedo con la posibilidad 2, reminiscencias del eternauta que le dicen , o nuestra mente que solo funcíona a base de realismo y ya sabemos que cuando un objeto de deseo nos corresponde deja de desearse y se vuelve un perfecto desconocido, en el mejor de los casos . Crítica literaria: la ccia ficcion no me gusta para nada, lo tuyo son los relatos de las ciudades, con magia pero mas cerca de hoy. Jajajajajaj !!!!

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  4. ¡Me encantó! En cuanto al final de la segunda historia, yo también prefiero el 2. ¡Quiero leer esa novela de ciencia ficción existencial!

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  5. Ah, tengo que fundamentar mi elección, ¿no?
    ¡Elijo ese final porque me re cabe el género, aunque aún no haya leído ninguna novela del mismo!

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  6. Elegí la 2 porque es la mas novelesca de las tres. La 1 es la mas probable que suceda, pues algun dia de podrá hacer el viaje espaciotemporal, pero seguramente algo saldrá mal, pues lo que no puede ensayarse difícil es que salga bien desde la primera vez. La 3 me pareció aburridísima, me hizo acordar a la guerra de las galaxias (y la pongo con minúsculas a propósito), la película mas aburrida que vi en mi vida.

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