lunes, 28 de noviembre de 2011

Sueño I

Habré muerto antes, sí, acaso no sea ésta la primera vez. Pero (dije 'pero': un alto en el tiempo, anuncio de abismos dichosos)... si por casualidad me desgarran los miembros una horda de inquisidores a destiempo y, como Edipo, me arranco solito los ojos y a mi verga todavía húmeda se la tiran al mismo pescado que se tragó la de Osiris, y al hígado me lo come un cuervo en la punta de un monte, y donan mis riñones a algún pelotudo, y a mi corazón se lo sirven con ravioles a Erisictón, y mis pulmones marchitos fertilizan plantaciones de tabaco doblemente cancerígeno y, encima, leen a Louise May Alcott en mi velorio... Tengan a bien recordar en mi calvario que nunca pero nunca pero nunca de los nuncas, será suficiente el castigo que puedan proveer a mi desprecio.

Soñé que le ponía granadas a la gente cursi. Hay que matar ese amor...

Soñé que, en tu casa, el tiempo era aquel tiempo. Hay que matar todo amor...

Soñé que te vestías para matar a mi amor. Yo amo ese amor que va a ser asesinado...

(–Señores: se los digo entre paréntesis)

¡Riiiing, Riiiing! Es hora de levantarse mis pequeños reventados. (Menos mal que lo real siempre es un consuelo)

–¿Qué hay para desayunar?

3 comentarios:

  1. New wave of hate~

    Yo tuve un sueño hoy, oh, pibe...

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  2. ¿Qué hay para desayunar?
    Hiel.


    Respecto a Augusto Z, los "Elige tu propia aventura" eran varios. No recuerdo cuáles.

    "... siempre me queda ese gusto amargo que no sé qué es real y qué ficción."
    Cuidado, Mateo. Augusto Z tampoco diferenciaba la fantasía de la realidad.
    Al menos, no salgas armado.

    Abrazo y gracias por pasar.
    Un gusto siempre leerte.

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